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El incendio que se produjo en la tarde de este domingo en el interior de la iglesia de San Martín de Plasencia, una de las más antiguas de la ciudad, ha causado «dos grandes daños» en el retablo con pinturas del extremeño Luis de Morales, apodado el «divino», fechadas entre los años 1565 y 1570.
Así lo ha señalado el director del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Extremadura, Javier Cano, tras visitar el templo.
Según Cano, el retablo de Morales, una obra muy significativa de lo que es la pintura manierista de Extremadura, ha sufrido, por un lado, daños estructurales, «ya que el calor ha hecho que gire y se venza».
Además, se han visto afectadas la pintura y el dorado, «ya que el humo ha generado una capa grasa, que es muy opaca en la parte superior y va disminuyendo a medida que desciende hacia abajo».
«Todo ello requerirá de un proyecto de recuperación para poder a volver a restablecer el retablo», ha adelantado Cano.
Por su parte, el vicario general de la Diócesis de Plasencia, Jacinto Núñez, ha explicado que el juicio primero, que apunta a un cortocircuito como posible origen del fuego, «sigue siendo válido porque todavía no hemos podido avanzar lo suficiente, ya que la Policía Judicial no ha iniciado su investigación».
«Por tanto sigue habiendo muchas preguntas por contestar de cómo se originó y cuál es el alcance de los daños», ha asegurado Núñez.
De igual forma, el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, ha mostrado su satisfacción ante el hecho «de que las primeras valoraciones técnicas apunten a una posible recuperación del retablo, que era nuestra mayor preocupación».
«Espero que nos pongamos todos de acuerdo, tanto la Iglesia, que es la propietaria del inmueble, como al resto de las Administraciones para conseguir que San Martín vuelva a lucir con el mismo esplendor que hasta ayer tenía», ha concluido Pizarro.
La parroquia de San Martín es considerada una de las iglesias más antiguas de la ciudad de Plasencia, ya que el primitivo templo tardorománico data de la primera mitad del siglo XIII.
Pero sin duda alguna las protagonistas del templo son las ocho tablas de Luis de Morales, el «divino», que se enmarcan en el retablo mayor, una talla plateresca realizada por el entallador placentino Francisco Rodríguez.
Las pinturas fueron realizadas entre los año 1565 y 1570 y cuatro de las ocho tablas se atribuyen directamente a las manos y al pincel de Morales, como son la Anunciación, San Martín, la Visitación y la Circuncisión, mientras que los Santos Padres, la Natividad, la Epifanía y San Martín a caballo, habrían sido realizadas por maestros de su taller.